lunes, 19 de mayo de 2008

El Hermano Menor de Mario Vargas Llosa (Elaborado por Lenia Merai Maldonado)

EL HERMANO MENOR


Esta propuesta de trabajo intentará hacer un análisis del cuento “El Hermano Menor”, conforme a las propuestas de de Roland Barthes, A. J. Greimas, Richard Ohmann, Mario Vargas Llosa y Arturo Alvarado.

En primer lugar vamos hacer el análisis que hace Barthes a las unidades de lectura, dividiéndolas en cinco códigos: “Hermenéutico, Sémico, Simbólico, Proairético y Cultural”.
[1]

· El Código Hermenéutico hace indagaciones para conocer más acerca de la obra a analizar, en este caso el cuento El Hermano Menor: trata de la historia de dos hermanos que se ven en la obligación de limpiar el honor de la familia.
¿Qué es lo que sucede?
Los hermanos al enterarse por boca de su hermana que un indio quiso propasarse con ella, salen en busca de él con fines de matarlo.
¿Cuál es el problema?
Todo inicia cuando Leonor, la hermana menor de los dos hermanos, David y Juan, les contó que el indio quiso aprovecharse de ella y por causa de eso ellos van y lo buscan y cuando lo encuentran cumplen su cometido.
¿Quién ha cometido el asesinato?
No se sabe a ciencia cierta quién de los dos le dio muerte al indio, ya que mientras David lo golpeaba Juan disparó el arma:
-“! Basta David ¡- gritó – tírale el balazo, ya no le pegues.
No hubo respuesta. Ahora Juan no los veía: El indio y su hermano, abrazados habían rodado fuera del anillo iluminado por la hoguera.
-David – gritó Juan – sal de ahí, voy a disparar.
Después de disparar el primer tiro Juan quedó un instante estupefacto, pero de inmediato continuó disparando…”
[2]
Para finalizar con este código, una última pregunta:
¿Cómo conseguirá el héroe llevar a cabo su propósito?
Lo consigue a través de la búsqueda, y cuando lo encuentra procede a matarlo.


· El Código Sémico se refiere a la caracterización o la descripción. Como se ha señalad describiremos físicamente a Leonor.
“Leonor había cambiado, ya no era aquella criatura que se asomaba a las ventanas de la mugre para arrojar piedras a los indios castigados, sino una mujer alta de gestos primitivos y su belleza tenía como la naturaleza que la rodeaba, algo brutal. En sus ojos había aparecido un intenso fulgor”
[3]

· El Código Simbólico pone de relieve las relaciones psicológicas y sexuales que se pueden establecer dentro del cuento. Por ejemplo, el personaje de Juan, el hermano menor es representado como temeroso, reprimido y sensible,
“…Al lado del camino había una enorme piedra, y, en ella, un sapo; David le apuntaba cuidadosamente.
-No dispares- dijo Juan”…
[4]
De igual manera vemos la forma de ser de David en la ilustración anterior, él representa la fuerza, el poder, la autoridad:
“…- ¿Y si hubiera mentido el tipo ese?
- ¿Quién?
- El que nos dijo que lo vio,
- ¿Leandro? No, no se atrevería a mentirme a mí. Dijo que esta escondido en la cascada y es seguro que allí esta”…
[5]
Con el ejemplo anterior observamos el poder que David representaba para la gente de la región. Incluso la propia Leonor lo conocía como despiadado:
“…-Bueno, chiquita – dijo David – no llores.
No lo buscaremos.
- Mentira. Lo vas a matar. Yo te conozco…”
[6]
En cambio el personaje de Leonor es representada como la causante del problema, ya que ella le mintió a sus hermanos, inventándoles una historia que ella misma se encargo de desmentir:
“…No me hizo nada – dijo Leonor, muy rápido, mordiéndose los labios…
- No me hizo nada – repitió – era mentira…
- yo no podía soportar que me siguiera a todas partes – balbuceaba Leonor – estaba tras de mi todo el día como una sombra…”
[7]


Por otra parte el personaje del indio es representado como obediente, sumiso e inocente:
“…Yo tengo la culpa – dijo David – con amargura. Es peligroso que una mujer ande suelta por el campo. Le ordené que te cuidara…”
[8]
“…Ese día le ordené que me dejara sola y no quiso. Fui hasta el río y él detrás de mi… se quedaba parado, mirándome torcido, como los animales…”
“No me hizo nada, David – clamó Leonor - … pregúntale a Camilo, él sabe que no pasa nada. Por eso lo ayudo a escaparse. ¿No sabías eso? Sí, él fue.
Yo se lo dije. Solo quería librarme de él, por eso inventé esa historia…”
En cuanto a las relaciones sexuales se da cuando Leonor acusa al indio de la supuesta violación.
· El Código Proairético. Según Barthes este esta formado por cinco etapas, que en el cuento “El Hermano Menor” se analiza de la siguiente manera:
1. La supuesta violación
2. La venganza de los hermanos
3. Búsqueda del agresor
4. Huida del agresor
5. Ocultación del agresor
· El Código Cultural. Barthes destaca una doble referencia cultural:
El código de edades y el código de artes.
Como he dicho arriba el código de edades en diferencia de edades entre David y Juan, aunque el narrador no lo menciona, pero se ve marcado por la forma de ser y de actuar de ambos, ya que a pesar de que Juan era el menor, pensaba y actuaba diferente a David y eso lo demuestra cuando Juan le reprocha a David:
-“…Mañana me largo a Lima – dijo Juan…
- Ahora estas nervioso – dijo David – es natural, ya hablaremos después.
- No dijo Juan – hablaremos ahora.
- Bueno – dijo David, suavemente - ¿Qué te pasa?
- ¿Qué me pasa?, ¿Te das cuenta de lo que dices?, ¿Te has olvidado del tipo de la cascada?, si me quedo en la hacienda voy a terminar creyendo que es normal hacer cosas así.
Iba a agregar <>, pero no se atrevió…”
[9]

Por otra parte el Código de Arte se ve reflejado en el talento que tenía David para las armas:
“…Maquinalmente reemplazó en su revolver la bala disparada… sus dedos no parecían obedecer a una voluntad, sino actuar solos…”
[10]

En segundo lugar vamos a continuar con el análisis propuesto por A. J. Greimas, que lo divide en tres niveles: funciones, acciones y narración.
Analizaremos el primer nivel las funciones: de los personajes, comenzando con Juan:
El personaje de Juan, desde el inicio del cuento nos muestra su personalidad, dando indicios de que es una persona de buenos sentimientos hasta con los animales, pues intenta defender la vida de un sapo. Todo lo contrario de David, que de entrada nos demuestra su carácter despiadado.
En cuanto a Leonor, es una niña mimada y manipuladora.
Segundo nivel: las acciones: “ya que todo análisis estructural define al personaje no como un ser, sino como un participante en una esfera de acciones que pueden ser típicas y clasificables. Greimas lo propuso como describir y clasificar a los personajes no según lo que son, sino según lo que hacen.”
[11]
Por contraste lo divide en tres ejes semánticos: comunicación, deseo y la prueba.
Como se ha señalado en “El Hermano Menor”, Leonor les comunica a sus hermanos de lo sucedido con el indio. Ellos tienen un deseo de venganza, que aplican cuando le dan muerte al indio. (La prueba).
En tercer nivel tenemos la narración, en donde el narrador es omnisciente y esta narrada en tercera persona, ya que nos va mostrando la historia desde afuera. Este tópico se explicará con más detalle después.
Abundando en la opinión diremos que todas las acciones están sometidas a una estructura paradigmática.
“A. J. Greimas en su sémantique structurale (1966) ofrece una elegante versión actualizada de la teoría de Propp. Mientras Propp se limitó aun género, Greimas intenta alcanzar la gramática universal de la narrativa mediante la aplicación del análisis semántico de la estructura de la frase. En lugar de los siete ámbitos de acción, propone tres pares de oposiciones binarias que incluyen los seis roles que necesita: sujeto/objeto, remitente/destinatario, colaborador/oponente”
[12]
Por lo tanto el sujeto en “El Hermano Menor” son los hermanos y el indio, el objeto es Leonor; el remitente es quién nos esta contando la historia, el narrador; el destinatario es el lector. El colaborador, en este cuento aparecen tres personajes esporádicamente, que ayudan a que la trama se desarrolle y son: Leandro, Camilo y Jacinta. El oponente es el indio, porque los hermanos van en contra de él.

Por lo tanto los personajes son movilizados por tres reglas que son: la multiplicación, la sustitución y la carencia.
La multiplicación son los hermanos y el indio porque, es sobre ellos que gira la historia. En la sustitución solo aparece en un dialogo; Camilo, Leandro y Jacinta, solo son mencionados.
“… ¿Todo bien? – dijo David.
- Camilo movió la cabeza negativamente – la niña Leonor…”
[13]
Por último la carencia, la podemos observar en el párrafo donde dice:
“…Estaba semidormida cuando un ronco gruñido cortó la noche y bajo su ventana pasó, como una exhalación, un animal acezante.

Para continuar con el análisis, en tercer lugar tenemos a “Richard Ohmann” con los actos del habla en donde menciona seis aspectos del discurso, pero en esta ocasión nos enfocaremos en el aspecto que muchos teóricos de la literatura han considerado decisivo, este aspecto es el seis, en este apartado Ohmann hace un análisis a los actos de habla de “J. L. Austin” en donde distingue tres clases principales de actos que realiza una persona en cuanto hablante: actos locutivos, actos elocutivos y actos perlocutivos.

De forma semejante podemos aplicar este análisis al cuento “El Hermano Menor”, en donde podemos observar claramente en uno de sus párrafos cuando David y el indio estaban peleando:
“…- David – gritó Juan – sal de ahí. Voy a disparar.
Como no hubo respuesta, otra vez le volvió a decir:
- Suéltalo, David. Te juro que voy a disparar…”
[14]
De acuerdo a Austin el acto locutivo es: Decir algo es hacer algo. En el ejemplo del párrafo anterior del “Hermano Menor” el acto locutivo se da cuando Juan le comunica a David lo que va hacer. El acto elocutivo se da cuando se formula una pregunta o se da una orden. Entonces el ilocutivo lo observamos cuando Juan le ordenó a David: sal de ahí, voy a disparar… Y el acto perlocutivo incluye las consecuencias del acto de hablar, con este acto se puede intimidar, asustar, enfurecer: “…- Aquí estoy, animal - contestó David a su lado, con una voz asustada y colérica…”
[15] Con el ejemplo anterior se cumple el acto perlocutivo.

En cuarto lugar vemos el análisis que Mario Vargas Llosa, propone a la hora de hablar de la estructura de una creación literaria.
Según Llosa hay que tener en cuenta al narrador, al espacio y al tiempo.
Para empezar hablaremos del narrador y una confusión muy frecuente que se da al momento de leer una novela o un cuento es la de confundir al narrador con el autor, ya que generalmente creemos que son la misma persona, pero Mario Vargas Llosa nos ayuda a aclarar esta confusión, pues nos dice “que el narrador es un ser hecho de palabras, no de carne y hueso, como suelen ser los autores”. Es así como descubrimos que el cuento “El Hermano Menor” está narrado desde la tercera persona, ya nos va mostrando y describiendo la historia desde afuera, sin formar parte de la trama, es un narrador omnisciente que imita a Dios Todopoderoso:
“…Rasgó en dos su pañuelo y con cada uno de los retazos, vendó las rodillas de Juan… Cuando se incorporó, vio a su hermano que lo examinaba a la luz de la linterna…”
[16]
En cuanto al espacio, Llosa lo divide en: espacio geográfico y espacio ficticio.

En el cuento que hemos estado analizando el espacio geográfico lo observamos que toda la historia se realiza en las afueras de Lima, en una zona rural, lo podemos corroborar con el siguiente ejemplo:
“…Mañana me largo a Lima –”
[17]
El espacio ficticio es el reinventado por el escritor, en “El Hermano Menor” menciona varios lugares: “…oscurecía cuando avistaron las grutas, el cerro chato y estirado como una lombriz que todos conocen con el nombre de Cerro de Ojos… Dijo que esta escondido en la cascada y es seguro que allí esta…”
[18] al anochecer avistaron dos maderos que formaban un aspa. Colgaba de ellos una tabla donde se leía: La Aurora…
Esto es en cuanto al espacio, pero ahora seguiremos con el tiempo real o cronológico y psicológico.

Para saber el tiempo real o cronológico del cuento veamos los siguientes ejemplos: “…El sol se hundía tras las cerros… Las nubes enroscadas a las cumbres más próximas habían adquirido el color gris oscuro de las rocas… Continuaron avanzando hasta entrada la noche… La noche estaba fría, el aire húmedo, el cielo cubierto… Esperemos que amanezca… Cuando montaron amanecía… Dos horas después llegaron a la cabaña de Camilo…”
[19]

Como se ha señalado arriba, la historia comienza a la anochecer, anduvieron casi toda la noche, después de cumplir con su cometido ya casi amanecía y para cuando volvieron a la hacienda más o menos llegaron a las siete de la mañana del siguiente día.

El tiempo psicológico lo observamos en los siguientes párrafos: “…Cuando llegó a la hacienda, tres meses atrás hacía dos años que no veía a sus hermanos. David era el mismo hombre que aborrecía y admiraba desde niño, pero Leonor había cambiado, ya no era aquella criatura que se asomaba…”
[20] “…Juan cerró los ojos, imaginó al indio en cuchillas, sus manos alargadas hacía el fuego…” [21]
Bueno todo lo anterior es en base al análisis de Mario Vargas Llosa.

En quinto lugar continuaremos con la propuesta del doctor Arturo Alvarado, que su análisis e interpretación lo divide en: funciones cardinales, catálisis, indicios e informantes.
Las funciones cardinales en el cuento “El Hermano Menor” son las siguientes:

FC 1 Caminaron hacía los caballos p. 55
FC 2 Continuaron avanzando hasta entrada la noche p. 57
FC 3 Desmontaron, amarraron los animales a una roca p. 57
FC 4 Iniciaron el descenso de inmediato p. 57
FC 5 Se sentaron uno junto al otro p. 58
FC 6 Juan se estremeció p. 59
FC 7 Muy despacio, el cuerpo inclinado como para saltar p. 60
FC 8 Corrió hacía el lugar donde estaba el rostro funesto p. 60
FC 9 Cerró los ojos p. 60
FC 10 Después disparo el primer tiro p. 61
FC 11 estaba rígido p. 62
FC 12 Hundió la cabeza en sus brazos p. 63
FC 13 Cuando montaron amanecía p. 63
FC 14 Se volvió hacía su hermano p. 64
FC 15 Dio media vuelta y se fue a la puerta p. 69
FC 16 Salió montado en el colorado p. 69
FC 17 Bajó de un brinco p. 69
FC 18 Voló el candado a punta pies p. 69
FC 19 Camino lentamente p. 69

Ahora continuaremos con las principales catálisis:

C 1 llevaba una pequeña linterna
C 2 imagino al indio
C 3 quedo un instante estupefacto
C 4 respiraba a grandes bocanadas
C 5 tenía el rostro demacrado
C 6 indicó a los indios que salieran

Lo siguiente son los indicios:

I 1 una mancha verde (el sapo herido)
I 2 El sol se hundía tras los cerros (va anochecer)
I 3 Juan transpira y las rocas ásperas de la ladera habían llenado sus manos de rasguños (inexperiencia para andar en la montaña)
I 4 En sus ojos había aparecido un intenso fulgor, con mareos y un vacío en el estomago, con arcadas de furor (remite a impotencia)
I 5 había una lucecita titilante (indicio de encontrar lo que buscaban)

Los informantes:

Inf. 1 Mañana me largo a Lima (informa a donde va a partir)
Inf. 2 Dos horas después llegaban a la cabaña de Camilo (el tiempo que se tardaron en llegar desde que amaneció)
Inf. 3 El camino era una angosta cuesta y los animales trepaban con dificultad (describe como era el lugar hacía donde se dirigían)

En sexto lugar tenemos a “Joseph Coorries que divide el análisis en tres etapas principales: las estructuras profundas, estructuras superficiales y estructuras de manifestación”.
[22]

Las estructuras profundas definen la manera fundamental de ser de un individuo o de una sociedad. Al aplicar este análisis al cuento “El Hermano Menor” observamos que la forma de ser y de actuar de David y Juan son totalmente diferentes a pesar de que habían crecido juntos, a Juan no le gustaba como era David, de hecho decía que: “David era el mismo hombre que aborrecía y admiraba desde niño…”
[23]
En otro párrafo encontramos la siguiente conversación:
“…- Mañana me largo a Lima – dijo Juan.
- Ahora estas nervioso – dijo David – es natural, ya hablaremos después.
- No dijo Juan – hablaremos ahora.
- Bueno – dijo David, suavemente - ¿Qué te pasa?
- ¿Qué me pasa?, ¿Te das cuenta de lo que dices?, ¿Te has olvidado del tipo de la cascada?, si me quedo en la hacienda voy a terminar creyendo que es normal hacer cosas así.
Iba a agregar <>, pero no se atrevió…”
[24]

Sin duda alguna Juan estaba reprochando la forma de actuar de su hermano mayor. Observando la diferencia entre los dos, ya que mientras David era un hombre de campo, con costumbres culturales bien arraigadas, en cambio Juan que se había ido dos años a la ciudad ya pensaba diferente.

En cuanto a las clases sociales se ven bien marcadas dos estratos sociales: los hacendados y los indios esclavos, donde existían los castigos para ellos y donde Leonor “…se asomaba a las ventanas de La Mugre para arrojar piedras a los indios castigados…”

Por otra parte están las estructuras superficiales que constituyen una gramática semiótica que ordena en forma discursiva los contenidos susceptibles de manifestación. Observando que en el cuento que estamos analizando prevalece el diálogo y la descripción, ya que existen varios diálogos entre Juan y David, con Leonor, con Camilo, además de describir ligeramente el lugar a donde se dirigían a buscar el indio…” Alrededor de la laguna había musgo e hierbas todo el año y ésta era la única vegetación en veinte kilómetros a la redonda…”
[25]

Finalmente tenemos las estructuras de manifestación, producen y organizan los significantes y significado. Podemos ver el ejemplo de que cada uno de los personajes del cuento ven la hacienda de forma diferente. Para David significaba el poder, en donde él gobernaba con sus propias leyes. Para Juan era vivir en contra de las leyes civiles, se sentía atrapado e impotente sin poder detener las injusticias que allí se cometían y por eso decidió irse a vivir lejos de todo lo que significaba la hacienda.






















BIBLIOGRAFÍA

- Alvarado, Arturo “Como vamos a operar en nuestro comentario”.

- Cortes, Joseph “Introducción a la semiótica narrativa y discursiva, metodología y aplicación.” Editorial Hachette.

- Ohmann, Richard “Los actos del habla y la definición de Literatura”

- Selden, Ramón “La teoría Literaria Contemporánea”
Editorial Ariel, S.A., Barcelona 1987

- Vargas Llosa, Mario “Los Jefes” Editorial Bruguera, Barcelona, España 1983





















[1] Selden, Raman “La Teoría Literaria Contemporánea”. Editorial Ariel 1985, Pág.14
[2] Vargas Llosa, Mario, “Los Jefes”, Editorial Bruguera 1983, Barcelona. Pág. 58
[3] Vargas Llosa, Mario, “Los Jefes”, Editorial Bruguera 1983, Barcelona. Pág. 58.
[4] Ídem. Pág. 55
[5] Ídem. Pág. 56-57
[6] Ídem. Pág. 68
[7]Vargas Llosa, Mario, “Los Jefes”, Editorial Bruguera 1983, Barcelona. Pág. 68.
[8] Ídem. Pág.68-69
[9] Vargas Llosa, Mario, “Los Jefes”, Editorial Bruguera 1983, Barcelona. Pág. 64.
[10] Ídem. Pág.56
[11] Greimas, A.J. “Introducción a la Semiótica Narrativa y Discursiva”, Librería Hachette 1980, Argentina. Pág.22.
[12] Selden, Raman “La Teoría Literaria Contemporánea”. Editorial Ariel 1985, Pág. 20
[13] Vargas Llosa, Mario, “Los Jefes”, Editorial Bruguera 1983, Barcelona. Pág. 65.


[14] Vargas Llosa, Mario, “Los Jefes”, Editorial Bruguera 1983, Barcelona. Pág. 61.
[15] Ídem. Pág.62
[16] Vargas Llosa, Mario, “Los Jefes”, Editorial Bruguera 1983, Barcelona. Pág. 63.
[17] Ídem. Pág.64
[18] Ídem. Pág.56
[19] Ídem. Pág.58

[20] Vargas Llosa, Mario, “Los Jefes”, Editorial Bruguera 1983, Barcelona. Pág. 58.
[21] Ídem. Pág.60
[22] Greimas, A.J. “Introducción a la Semiótica Narrativa y Discursiva”, Librería Hachette 1980, Argentina. Pág.24.

[23] Vargas Llosa, Mario, “Los Jefes”, Editorial Bruguera 1983, Barcelona. Pág. 64.

[24] Ídem. Pág.58
[25] Vargas Llosa, Mario, “Los Jefes”, Editorial Bruguera 1983, Barcelona. Pág. 58

1 comentario:

Unknown dijo...

Es una pena que publiquen un comentario ya que se presta que muchos alumnos se copien de las ideas de otros sin tener criterio propio.